jueves, 11 de septiembre de 2014

EL POR QUÉ DEL BLOG

El cine es una pasión que me ha embriagado desde siempre. Antes que las sillas de las aulas y las gradas del estadio, mi padre quiso que conociese las butacas del cine Palafox. Aquel fue el comienzo de una hermosa amistad. Me esforcé por visitarlas a menudo, y cuando transcurría un largo tiempo sin que se cruzasen nuestras miradas me sentía culpable. Sonreía al llegar hasta sus dominios, y los créditos que anunciaban el fin de cada película me hacían desear que llegase nuestra próxima cita. Un amor correspondido que yo siempre procuré difundir al mundo entero, a través de conversaciones en el bar, proyecciones caseras de los grandes clásicos y susurros a los oídos de cinéfilos en potencia. Pero aquello no bastó.

Surgió la necesidad de escribir, quizá para que yo mismo descubriese qué rondaba mi cabeza. Para averiguar si mi afición tan solo gozaba de componentes sentimentales, o si por el contrario estaba cimentada sobre una base de teoría cinematográfica. Analicé películas, una tras otra. Después razoné por qué lo analizaba así, y más tarde guardé aquellos borradores en las carpetas más ocultas de mi ordenador o en los cajones más recónditos de mi cuarto. Un tiempo después, decidí que quizá sirviesen de utilidad a otros cinéfilos como yo: ingenuos, noveles y apasionados. Y hace dos años nació un bog de crítica cinematográfica, uno de los muchos que pululan por internet. En cuanto a su bautismo, no le di mil vueltas al nombre. El título de "Ciudadano Kane" fue reemplazado por la unión del nombre y apellido de quien suscribe estas líneas: Ciudadano Purbez. ¿Qué siguió en adelante? Muy sencillo: ver más películas.

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