Año: 1963
Director: Luis García Berlanga
Reparto: José Isbert, Nino Manfredi, Emma Penella, José Luis López Vázquez, Ángel Álvarez, María Luisa Ponte, María Isbert, Julia Caba Alba
País: España
Duración: 87 min
Género: Comedia
Puntuación: ***** (Excelente)
Sinopsis
José Luis, el empleado de una funeraria, proyecta emigrar a Alemania para convertirse en un buen mecánico. Su novia es hija de Amadeo, un verdugo profesional. Cuando éste los sorprende en la intimidad, los obliga a casarse. Ante la acuciante falta de medios económicos de los recién casados, Amadeo, que está a punto de jubilarse, trata de persuadir a José Luis para que solicite la plaza que él va a dejar vacante, lo que le daría derecho a una vivienda. José Luis acaba aceptando la propuesta de su suegro con el convencimiento de que jamás se presentará la ocasión de ejercer tan ignominioso oficio.[Filmaffinity]
Análisis
Hay temas en esta vida que son tabú. Uno no puede - o no debería- reírse de ellos, porque afectan a la sensibilidad más íntima de la persona. Y aquí, Berlanga se ríe. Y de qué manera. Todo el respeto y el misterio que rodea a la muerte, acaba saltando por los aires. Nos reímos de la ejecución, de los ataúdes y de la angustia del condenado. No banalizamos la muerte, pero de algún modo le quitamos hierro al asunto, y lo abordamos desde una perspectiva sana, alegre y despreocupada. Puede sonar macabro, pero no cínico.
Partiendo del esperpéntico personaje del verdugo, Berlanga construye una de sus mejores comedias, recogiendo la tradición que había sembrado anteriormente con "¡Bienvenido, Mister Marshall!" (1953) y "Plácido" (1961). Y como no podía ser de otra manera, la historia vive José Luis da pie para hacer una crítica a la realidad social de la España de entonces. La dificultad para encontrar un piso en aquella época, la deplorable situación económica de las clases bajas, la desastrosa burocracia y la hipocresía del "qué dirán", son algunos de los temas que plantea la película.
La sugerente trama surgió a partir de un suceso de 1959, cuando Pilar Prades Santamaría, una empleada del hogar, murió ejecutada a consecuencia de los dos asesinatos que se le imputaron. Fue la última persona que en España sufrió la pena de muerte. A raíz de ello, Berlanga concibió este film como un alegato en contra de la pena de muerte, planteando la historia -cómo no- en clave de comedia. Para ello contó con los rostros más conocidos del cine español, como son el inmortal Pepe Isbert y la siempre eficaz Emma Penella, además de un joven José Luis López Vázquez. Por otro lado, también podemos encontrar, en un papel más secundario, las caras de Alfredo Landa e incluso de Chus Lampreave.
Todos ellos cimientan un film repleto de secuencias inolvidables. Es el caso del arranque, que convierte una cárcel en un lugar completamente surrealista, con un verdugo desorientado y un guardia desayunando cereales. De traca. Sin olvidar la presencia de la Guardia Civil en las mallorquinas cuevas del Drach, así como la firma de libros con la ausencia de José María Pemán. En esencia, enésima crítica contra el franquismo. Eso sí, creo que Franco reiría viendo una comedia así de buena.
Partiendo del esperpéntico personaje del verdugo, Berlanga construye una de sus mejores comedias, recogiendo la tradición que había sembrado anteriormente con "¡Bienvenido, Mister Marshall!" (1953) y "Plácido" (1961). Y como no podía ser de otra manera, la historia vive José Luis da pie para hacer una crítica a la realidad social de la España de entonces. La dificultad para encontrar un piso en aquella época, la deplorable situación económica de las clases bajas, la desastrosa burocracia y la hipocresía del "qué dirán", son algunos de los temas que plantea la película.
La sugerente trama surgió a partir de un suceso de 1959, cuando Pilar Prades Santamaría, una empleada del hogar, murió ejecutada a consecuencia de los dos asesinatos que se le imputaron. Fue la última persona que en España sufrió la pena de muerte. A raíz de ello, Berlanga concibió este film como un alegato en contra de la pena de muerte, planteando la historia -cómo no- en clave de comedia. Para ello contó con los rostros más conocidos del cine español, como son el inmortal Pepe Isbert y la siempre eficaz Emma Penella, además de un joven José Luis López Vázquez. Por otro lado, también podemos encontrar, en un papel más secundario, las caras de Alfredo Landa e incluso de Chus Lampreave.
Todos ellos cimientan un film repleto de secuencias inolvidables. Es el caso del arranque, que convierte una cárcel en un lugar completamente surrealista, con un verdugo desorientado y un guardia desayunando cereales. De traca. Sin olvidar la presencia de la Guardia Civil en las mallorquinas cuevas del Drach, así como la firma de libros con la ausencia de José María Pemán. En esencia, enésima crítica contra el franquismo. Eso sí, creo que Franco reiría viendo una comedia así de buena.
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