lunes, 20 de octubre de 2014

PERDIDA

"Todo está medido al milímetro. A lomos de unos personajes atormentados que no son lo que parecen, Fincher conduce al espectador hacia el presunto desenlace, con la ansiedad como melodía de fondo" 



Año: 2014
Director: David Fincher
Reparto: Ben Affleck, Rosamund Pike, Neil Patrick Harris, Tyler Perry, Kim Dickens, Patrick Fugit, Carrie Coon, Missi Pyle, Kathleen Rose Perkins
País: Estados Unidos
Duración: 149 min
Género: Thriller
Puntuación: *** (Buena)







Sinopsis 

El día de su quinto aniversario de boda, Nick Dunne (Ben Affleck) informa que su esposa Amy (Rosamund Pike) ha desaparecido misteriosamente. Pero pronto la presión policial y mediática hace que el retrato de felicidad doméstica que ofrece Nick empiece a tambalearse. Además, su extraña conducta lo convierte en sospechoso, y todo el mundo comienza a preguntase si Nick mató a su esposa... Adaptación del best-seller "Perdida", de Gillian Flynn.[Filmaffinity]

Análisis

Todo un drama. Y no lo digo por el género –el film se define como thriller-, sino porque el espectador se morderá las uñas las dos horas y media de metraje. Tela. Dos horas y media que, por cierto, no pasan factura. Porque uno desea saber el final, pero a la vez no quiere que cierren el chiringuito.

La orquesta de David Fincher nos ofrece una sinfonía de terror, que llega a provocar angustia. Su partitura, dividida en tres partes, cambia constantemente de registros, varía los tonos y modifica la escala. Y sin embargo, ninguna nota sobresale. Todo está medido al milímetro. A lomos de unos personajes atormentados que no son lo que parecen, Fincher conduce al espectador hacia el presunto desenlace, con la ansiedad como melodía de fondo. Tocata y Fuga de Bach, prácticamente. Porque a pesar del doble juego, los giros argumentales y las cien caras de sorpresa que se dibujan en el rostro del espectador, este no tendrá la sensación de que le están engañando. Todo es verosímil. El director esconde sus cartas, pero tiene la suficiente mano izquierda para ir mostrándolas una a una, poco a poco, en el momento preciso. Sus instrumentos no desafinan, y cada nota se acopla armónicamente a la melodía que la precede, incluso a partir de los flashbacks y los continuos cambios de escenario. ¿El montaje? Una obra de ingeniería.

Eso sí, la película –no nos vamos a engañar- parece un homenaje al esperpento. Uno no quiere creer que puedan existir personajes así en la realidad. Así de amorales y así de hipócritas. Porque algo huele a podrido en Missouri, y el alma de los protagonistas está corrupta. Unos buscarán redimirse, otros se hundirán más en el fango. Fiel reflejo de la moral de algunos personajes es la violencia explícita de determinadas secuencias. Tanto física como psicológica, sin pasar por alto la densa carga erótica del film. ¿Es necesario? Echa más leña al nudo en el estómago del espectador, de acuerdo, y la sensación de agobio e incertidumbre aumenta. Sin embargo, resultan prescindibles. Puro exhibicionismo que no aporta nada a la trama.


Una trama apoyada en las interpretaciones de Ben Afleck y Rosemund Pike, con un soberbio Neil Patrick Harris como secundario (a pesar de la dificultad de encasillarse como Barney en la comedia Como conocía a vuestra madre). Ben Afleck actúa sin pena ni gloria, un tanto monótono, mientras que Pike borda su personaje como manipuladora. El resto del reparto también cumple con brillantez, especialmente el abogado defensor y Margo, la hermana de Nick.

¿Gustará a todos los públicos? Habrá que ir prevenido. Quien disfrute en tensión y tenga un don para no perderse en los guiones laberínticos, adelante. Pero la persona que compre su entrada sin saber qué se va a encontrar… ojo. Sí que puede estar perdida.

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