miércoles, 5 de noviembre de 2014

CABALLERO SIN ESPADA

"Uno de los mitos del cine político en los anales de la Historia norteamericana [...]. Pero no nos engañemos. Capra no vende propaganda ni patriotismo barato".






Año: 1939
Director: Frank Capra
Reparto: James Stewart, Jean Arthur, Claude Rains, Edward Arnold, Guy Kibbee, Thomas Mitchell
País: EEUU
Duración: 130 min
Género: Drama
Puntuación: **** (Muy buena)









Sinopsis


Jefferson Smith (James Stewart), un joven ingenuo e idealista, que parece fácilmente manipulable, es nombrado senador. Ignora que en Washington tendrá que vérselas con políticos y empresarios sin escrúpulos que le harán perder la fe. Sin embargo, gracias a su secretaria, una joven que conoce muy bien los entresijos de la política, protagoniza en el Senado una espectacular y maratoniana intervención en la que, además de defender apasionadamente la democracia, pone en evidencia una importante trama de corrupción.[Filmaffinity]


Análisis

Magistral película de Frank Capra, a medio camio entre el drama y la comedia, que supuso su consagración como un director serio y a tener en cuenta. El realizador italiano demostró que no solo sabía rodar películas emotivas, de personajes humildes y a partir de situaciones cotidianas. Sin perder sus señas de identidad, también podía abordar los temas de actualidad e incluso hacer denuncia social. Caballero sin espada removió la conciencia política de 1939, y ha pasado a ser uno de los mitos del cine político en los anales de la Historia norteamericana.

Un senador ha muerto, y otro ha de ocupar su lugar. El film prescinde de introducciones y de prólogos, nos adentra en la historia cuando ya está empezada. El espectador se sube a un tren en marcha, sin preámbulos. Y por ello, desde la primera secuencia el ritmo es vertiginoso: llamadas telefónicas, continuos cambios de espacio, entradas de personajes y salidas de otros... En fin, el ajetreado mundo de la política. Un mundo en el que "no pinta nada" nuestro humilde protagonista, a quien da vida un sensacional James Stewart, en su segunda colaboración con Frank Capra después de la cómica Vive como quierasNo será la última. Terminada la 2ª Guerra Mundial (durante la cual los dos se volcaron en la lucha contra Alemania) en 1946 rodarán Qué bello es vivir.



Jefferson Smith es un ingenuo, un soñador, un "buenazo". Ayuda en todo a sus vecinos, es jefe del grupo de Boy Scouts y dirige un pequeño periódico local luchando por causas perdidas (como hacía su padre). En definitiva, un santo. Es el personaje por excelencia del universo de Capra. Smith cree en los valores norteamericanos: la democracia, la libertad, la igualdad, la libertad de prensa... Su llegada a Washington es un derroche de patriotismo: visitas a los monumentos de Jefferson y Lincoln, banderas, barras y estrellas, discursos sobre el Gobierno ejemplar... Pero no nos engañemos. Capra no vende propaganda ni patriotismo barato. Él pretende iluminar los ojos del americano medio, del espectador, que ante el sueño democrático queda igual de prendido que Jefferson Smith. Y tras ello vendrá el desencanto. Corrupción, mentiras, intereses, títeres en el senado... nada queda de los valores que Smith enseñaba a sus Boy Scouts. Por ello Capra nos muestra el "patriotismo" al comienzo del film, y no al final. Los finales pueden ser bastante distintos a como se soñaron.


Capra cuenta también con una de sus actrices fetiche, Jean Arthur, que desenvolviéndose entre la comedia y el drama brinda una de sus mejores interpretaciones. Por otro lado, también podemos encontrarnos con Claude Rains, quien tres después inmortalizaría al capitán Renault en Casablanca. En Caballero sin espada descubrimos una historia de superación personal, una batalla de los individuos sencillos frente a la compleja maraña de los poderosos. De nuevo, un film made in Capra: personajes entrañables, valores y sonrisa final garantizada.


Para completar, recomiendo un estupendo análisis de la película en la web El Gabinete del Dr. Mabuse

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