Año: 2014
Director: Mike Leigh
Reparto: Timothy Spall, Jamie Thomas King, Roger Ashton-Griffiths, Robert Portal, Lasco Atkins, John Warman
País: Reino Unido
Duración: 150 min
Género: Drama (Biopic)
Puntuación: ** (Regular)
Sinopsis
Biografía sobre el pintor británico, J.M.W Turner (1775-1851). Artista reconocido, ilustre miembro de la Royal Academy of Arts, vive con su padre y su fiel ama de llaves. Es amigo de aristócratas, visita burdeles y viaja frecuentemente en busca de inspiración. A pesar de su fama, también es víctima de las burlas del público y del sarcasmo de la sociedad. Profundamente afectado por la muerte de su padre, dcide aislarse. Su vida cambia cuando conoce a Mrs Booth, propietaria de una pensión familiar a orillas del mar. [FilmAfinnity]
Análisis
Una historia sin alma, vacía, que da tumbos durante dos horas y media para no conducir a ningún lugar. Mr. Tuner promete mucho más de lo que finalmente da, y no es que haya perdido el Norte, sino que nunca llegó a plantearse dónde estaba. Nuestro pintor deambula sin rumbo de un lado para otro, y el espectador no hace sino acompañarle en su estado de desorientación, a base de numerosos diálogos sin contenido que solo estancan la trama. El ritmo es monótono, falta chispa. La lentitud no es pecado cuando hay factores que rompen esa lentitud, cuando hay subidas y bajadas. Pero en este caso es una línea plana, insulsa.
Quizá como sus cuadros, la trama está construida a base de brochazos sueltos. Cada secuencia es una pincelada distinta, que nada tiene que ver con la anterior. No hay continuidad, ningún nexo de unión. Casi parecen “pequeños cuentos” de dos minutos que recrean el día a día del pintor, porque rara vez hay un porqué que indique el paso de una secuencia a otra. Además, es posible que el público británico conozca al dedillo la biografía del pintor, las fechas de cada cuadro y los motivos los impulsaron, pero en las salas españolas se echa en falta mayor contexto histórico, porque todo aquel que no estudie Historia del Arte se perderá la riqueza de la obra de Turner.
Una obra que da gusto contemplar, desde luego. La espléndida fotografía nos muestra paisajes maravillosos, atardeceres y escenas de mar y playa. Visitas al estudio del pintor, lienzos de grandes dimensiones y reproducciones en directo de cómo pinta un maestro. Para bien o para mal, la película se recrea en exponer planos de la naturaleza y de la obra de pintor. Y son dos horas y media de recreación. ¿Excesivo? Sin duda, lo poco que narra podría haberse resumido a la mitad.
Sí que aportan chicha a la historia los nuevos inventos de la época y las reflexiones sobre si estos desplazarán las técnicas artísticas o se podrán asimilar. Cabe resaltar también la gran caracterización de Timothy Spall como William Turner, único y destacado protagonista, arropado por unos secundarios que cumplen sin pena ni gloria. Si el espectador considera su tiempo valioso, acuda a una galería, compre manuales de Arte o incluso escriba William Turner en Wikipedia, pudiendo admirar la obra del pintor inglés a la perfección. Porque si acude al cine buscando una historia, no la encontrará.
Quizá como sus cuadros, la trama está construida a base de brochazos sueltos. Cada secuencia es una pincelada distinta, que nada tiene que ver con la anterior. No hay continuidad, ningún nexo de unión. Casi parecen “pequeños cuentos” de dos minutos que recrean el día a día del pintor, porque rara vez hay un porqué que indique el paso de una secuencia a otra. Además, es posible que el público británico conozca al dedillo la biografía del pintor, las fechas de cada cuadro y los motivos los impulsaron, pero en las salas españolas se echa en falta mayor contexto histórico, porque todo aquel que no estudie Historia del Arte se perderá la riqueza de la obra de Turner.
Una obra que da gusto contemplar, desde luego. La espléndida fotografía nos muestra paisajes maravillosos, atardeceres y escenas de mar y playa. Visitas al estudio del pintor, lienzos de grandes dimensiones y reproducciones en directo de cómo pinta un maestro. Para bien o para mal, la película se recrea en exponer planos de la naturaleza y de la obra de pintor. Y son dos horas y media de recreación. ¿Excesivo? Sin duda, lo poco que narra podría haberse resumido a la mitad.
Sí que aportan chicha a la historia los nuevos inventos de la época y las reflexiones sobre si estos desplazarán las técnicas artísticas o se podrán asimilar. Cabe resaltar también la gran caracterización de Timothy Spall como William Turner, único y destacado protagonista, arropado por unos secundarios que cumplen sin pena ni gloria. Si el espectador considera su tiempo valioso, acuda a una galería, compre manuales de Arte o incluso escriba William Turner en Wikipedia, pudiendo admirar la obra del pintor inglés a la perfección. Porque si acude al cine buscando una historia, no la encontrará.
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